I XERACIÓN

  • David García.
  • Germán García. Casou con Leonor Laburu.
  • Eladio García.
    Casou con Julia Laburu. Irmá da muller de Germán. Descendente de vascos. Tivo por fillo a:

II XERACIÓN

  • José García Laburu. Nado no concello de Punxín (Ourense).
    Casou con Ana Magdalena Gallo de García. Descendente de emigrantes italianos. Tivo por fillo a:

III XERACIÓN

  • José Alberto García Gallo. Nome artístico Alberto Cortez. Nado na cidade de Bos Aires (Arxentina) o 11 de marzo de 1940.
    Casou en Bélxica o 2 de xuño de 1964 con Renée Govaerts.

O seu avó, Eladio García embarcara no porto de Vigo canda o seu irmán Germán cara Arxentina, onde coñeceu a Julia Laburu, de ascendente basco, tralo cal regresaron provisionalmente a Galicia, para xa logo asentarse definitivamente en Buenos Aires. Alberto Cortez casou adicoulle unha canción ao seu avó Eladio ("El abuelo") que retrata as incidencias da emigración galega.

COMENTARIO DE ALBERTO CORTEZ Á LETRA DE "EL ABUELO"

De alguna manera esta canción que viene es una historia de ida y vuelta. ¿Por qué?, pues simplemente porque mi abuelo se fue de emigrante y después de casi una vida yo, su nieto mayor recorrí el camino de regreso, ese camino que él no pudo realizar a lo largo de su larga vida, a pesar de su inmensa nostalgia. Murió a los ochenta y algunos años. Los hermanos Eladio y Germán García era viajantes vendedores de empresas porteñas. Allí en Trenque Lauquen conocieron a las hermanas Laburu, se enamoraron y después de un relativamente corto noviazgo se casaron y se fueron a vivir a Buenos Aires.

La Argentina en aquellos años de principio de siglo era una esperanza que ofrecía amplios horizontes para los jóvenes con ganas de trabajar y hacer fortuna. Los hermanos García habían dejado España y especialmente Galicia ya que esta “sua terriña” natal no podía ofrecerles más que una vida azarosa bastante cercana a la miseria. Germán, Eladio y David, los tres hermanos García, se embarcaron en Vigo, como todos los gallegos emigrantes con destino a Buenos Aires. Al llegar se emplearon como viajantes en una empresa de tabacos y “El abuelo” y su hermano Germán en uno de sus viajes de ventas a las poblaciones del interior, conocieron, noviaron y se casaron con dos hermanas de origen vasco, Doña Julia Laburu, mi abuela y Doña Leonor Laburu. Estas hermanas vivían con su familia en Trenque Lauquen, hoy una floreciente ciudad de la provincia de Buenos Aires. Ya casados regresaron a la capital.

Como en aquella gran ciudadano se veían las cosas claras como para hacer dinero pronto Eladio, mi abuelo y su joven esposa Julia emprendieron viaje hacia el oeste en busca de organizar un pequeño comercio en algún pueblo de los que se fundaban aprovechando la riada de gente que buscaba trabajo en el ferrocarril en construcción. Recaló primero en General Villegas, ultima población de la provincia de Buenos Aires y allí las cosas no le fueron del todo bien y como consecuencia de aquel fracaso, malas siembras y peores negocios, desalentado, decidió internarse más al oeste.. Pero antes, quiso con ayuda de sus hermanos regresar a Galicia con toda la familia y así lo hizo. Nadie en la familia supo explicarme las razones de ese regreso. Seguramente su exultante juventud de entonces más los fracasos s los que antes hice referencia convocó una tormenta de dudas de que a lo mejor en España podría salir adelante, pero no fue así.

Permaneció allí un par de años viviendo a expensas de la familia y en esa breve estancia nació mi padre en Pungín provincia de Orense, una aldea a escasos quince kilómetros de la capital provincial. Al año del nacimiento de mi padre el abuelo su mujer y su prole volvieron a Argentina para no regresar jamás a España. En realidad en la canción yo digo que nunca volvió a España sin embargo como se ve no es totalmente cierto. Claro que este regreso no quise tomarlo en cuenta, porque se produjo a muy poco tiempo de haber emigrado y por circunstancias, por mi desconocidas. Ya de regreso a Argentina retomó su éxodo hacia el oeste hasta llegar a una naciente población (apenas un caserío) que por entonces se llamaba Villa Jardón en honor a la familia que había donado los terrenos para su fundación. Más tarde las tendencias reivindicadoras de la cultura indígena de la zona lograron cambiar el nombre de Villa Jardón por el actual: Rancul.

Allí se instaló comprando, siempre con ayuda de sus hermanos una casa en la que muchos años después, el 11 de marzo de 1940 nacería yo. Montó un negocio en donde se vendía de todo para la gente del campo. Como era un nostálgico empedernido a pesar de las distancias y las todavía precarias comunicaciones seguía muy de cerca todo lo que acontecía en España, su patria lejana. Según me contaban mis tías, cuando estalló la guerra civil española estuvo a punto de dejarlo todo otra vez y regresar a alistarse en las fuerzas republicanas, mas su familia, ya numerosa y la negativa de sus hermanos de ayudarle en aquello lograron disuadirlo y tuvo que conformarse con seguir las acciones desde lejos. Le afectó enormemente el triunfo de los nacionales de Franco y aquello fue un golpe insuperable para él, tanto que prometió no intentar volver jamás mientras viviera el dictador.

Sin embargo pese a ser un gallego de pura cepa y ejercer su galleguidad en casa siempre se habló castellano a diferencia de mis abuelos maternos que en su casa, entre los abuelos mi madre y sus hermanas se hablaba en piamontés. No me extraña que yo haya salido con una cierta tendencia a la nostalgia. El abuelo era nostálgico y tanto que cada vez que recibía “unto gallego ” producto que yo odiaba especialmente cuando por exigencias del abuelo se ponía un poco en la sopa, a él se le mojaban los ojos con el sabor de su tierra lejana y a mi por mi negativa de tener que tomar aquello.

Cuando se hizo muy mayor se convirtió en un viejo cascarrabias que volvía locas a las mujeres de la casa exigiéndoles ahorros absurdos por minúsculos. La verdad es que el abuelo fue lo que podríamos llamar un hombre desafortunado. Tenía al parecer muy poca vista para los negocios pues todos los que emprendió fueron rotundos fracasos. Al final lo único que dejó como herencia fue la casa familiar y una especie de papelería, librería que se llamaba La Lira y que tía Matilde una de dos hijas que viven aún y que ya pasó con cierta generosidad los ochenta regentó hasta hace muy poco en que La Lira cerró sus puertas definitivamente. En fin esta es a grandes rasgos la historia del abuelo. Sospecho que no es muy diferente a la historia de muchos abuelos como el mío,auténticos héroes en la formación y desarrollo de paises como en el que me tocó la suerte de nacer

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